En esta ocasión vamos a hablar sobre la fermentación como preservante natural de los alimentos, ya que en sus inicios fue así, no obstante, en la actualidad con la llegada de los electrodomésticos hemos olvidado esta técnica ancestral que permitía aprovechar mejor los alimentos, ahorrar y minimizar desperdicios.
Muchos descubrimientos han sido cuestión de sobrevivir, cuando no contábamos con artilugios como la nevera, nuestros antepasados se valían de la fermentación para preservar los alimentos en buen estado y poder consumirlos durante las temporadas de escasez.
Aunque al inicio fue algo accidental y, no se conocían con exactitud las condiciones necesarias para llevarla a cabo o, por qué se daba.
Hoy sabemos que al combinar agua, sal y, temperatura, en ausencia de oxígeno, estamos fermentando y podemos conservar un gran volumen de alimento por largos periodos de tiempo.
¿Cómo podemos aprovechar mejor la fermentación como preservante natural de los alimentos?
La conservación de los alimentos es una característica nada despreciable de la fermentación, ya que por ejemplo, en el caso de las verduras, incluso hoy observamos que una cantidad grande se malogra, tanto en casa como en los lugares de distribución y comercialización.
No siempre se hace una adecuada planeación de las compras generando desperdicio, si ya es el caso, no te preocupes !Fermenta!
Si aprendemos a fermentar, el desperdicio de verduras ya no tiene porque ser un inconveniente, debido a que podemos fermentar absolutamente todo tipo de verduras, evitando que se dañen y con el excelente plus de mejorar la salud sustancialmente gracias a la ingesta de probioticos y prebióticos que van a enriquecer la flora digestiva.
Fermentar es realmente fácil, no hay muchas técnicas y las que hay son sencillas de aplicar. Además no necesitas muchos utensilios y, seguro todo lo que requieres ya lo tienes en la cocina. Si quieres una guía practica y amena para iniciar este viaje, te sugiero este libro.
¿Cómo puedo diferenciar un alimento fermentado de uno podrido?
- ¿Cómo debe oler un alimento fermentado?
Un alimento dañado puede distinguirse claramente de uno fermentado. El olor es una de las características a observar, un alimento dañado huele desagradable, como a podrido, en cambio uno fermentado aunque tiene un olor fuerte, no debe ser incomible.
- Ahora, vamos a revisar otro aspecto, el sabor.
Los fermentados pueden llegar a tener un gusto acido penetrante, y, si no estás acostumbrado, al comienzo puede que te cueste, pero con el tiempo terminas disfrutando la experiencia,
Piensa en el kefir, kombucha, algunos vinos o el pan de masa madre, el cacao crudo, por citas unos cuantos. Estos alimentos adquieren un sabor más acido en la medida en que se fermentan durante mayrr tiempo.
En contraposición, cuando el alimento se ha dañado, el solo olor ya nos aparta y, ni locos lo pondríamos en nuestro paladar.
- ¿Qué pasa si hay moho?
Por último, la presencia de moho, esa capa blanquecina ya nos avisa que nuestro chucrut se ha echado a perder y, lo mejor que podemos hacer por nuestra salud es desecharlo.
No sirve de nada quitar la parte visible porque con seguridad estos microorganismos aunque no se puedan percibir, ya están en todas partes del fermentado y su consumo puede derivar en problemas de salud.
¡A fermentar! En este apartado te dejamos dos guías practicas
Entonces ¿Qué esperas para empezar a fermentar y mejorar tu salud al tiempo que ahorras dinero y contribuyes al medio ambiente?
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- Si te gusta el kefir, también tenemos una guía súper practica repleta de ideas para sacarle jugo a tus nódulos, puedes echarle una ojeada aquí.
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